7 de abril de 2014

Societat civil catalana

Por fin.

Por fin.

Por fin, por fin, por fin, por fin.

Por fin la reivindicación de una Cataluña hispánica en positivo, un rearme moral, un argumentario que tal puede llamarse. Un banderín de enganche hacia la ilusión, hacia un anhelo colectivo, constructivo. Nada de mierdas de Constitución, sino muchísimo más allá.

Me dicen que esto lo han hecho los del PPSOE, C's, VOX y etcétera, como poniéndome en el brete de una inconsecuencia a mí, que tantas veces he manifestado mi entusiasmo (y cuando ha habido razón para ello, mis reservas) con los movimientos indignados. Y, vaya, hombre, ahora me inclino por un invento fabricado -me dicen y está por ver- desde muchos de los partidos a los que el 15-M ha combatido. Igual es verdad, fíjate, y yo con estos pelos. Se me ha olvidado que, a lo mejor, se pretende que los 15-M de raza estarán en la ANC, movimiento maravillosa y prístinamente independiente en el que no pintan nada CiU, ERC o IC-EV (si es que éstos últimos pintan algo en alguna parte). ¡¡Anda ya!!

Pues a la mierda. No me importa quién lo haya hecho. Me importa lo importante -perdonad redundancia y perogrullo- me importa lo que dice ahí, lo que dice este manifiesto que ya hace horas que he suscrito y que no me canso de leer.

Y que me cuesta acabar porque, oye, no sé qué se me pone en la garganta que...

Bueno, lo enlazo: aquí, en catalán; y aquí, en castellano.

Y, qué demonios, también lo reproduzco:




MANIFIESTO
POR LA CATALUÑA DE TODOS



A todos los catalanes y catalanas

El éxito o el fracaso de una sociedad depende, en última instancia, de su gente. El liderazgo de Cataluña en España, así como nuestra idiosincrasia, responden a una realidad social e histórica incuestionable; una historia que nos ha traído a cotas de prosperidad y libertad impensables. Los catalanes hemos progresado junto al resto de españoles en un proyecto europeo marcado por la unión de esfuerzos, el diálogo, la democracia y el respecto a la pluralidad.

Por eso no podemos ni queremos quedarnos callados –¡ni que nos callen!- ante la pretensión secesionista de desarraigarnos del resto de España rompiendo los vínculos profundísimos que nos unen; o que nos echen de este proyecto ilusionante que es Europa. Esta pretensión no sólo implicaría enormes costes económicos que irían contra el bienestar de todos los catalanes sino, también, emocionales y afectivos, produciendo una fractura en la sociedad catalana cuya esencia es y ha sido siempre integradora.

Presente y futuro de Cataluña

Reivindicamos una Cataluña democrática, basada en el respeto al Estado de derecho, que ama la libertad individual y la convivencia en la diversidad; una Cataluña abierta, capaz de competir ante los retos de un mundo global; una Cataluña que reconozca su propia realidad cultural; una Cataluña próspera, defensora y amante de la concordia, que huya de confrontaciones internas y externas, injustificadas y no justificables.

Queremos una Cataluña donde sus lenguas sean una realidad inalienable. Nuestra tierra tiene que permanecer bastión de la creatividad y de la riqueza cultural que ha contribuido al enriquecimiento de la cultura española. Aspiramos a que el pueblo catalán vuelva a ser un punto de atracción económica e intelectual, un hogar en la cual se respire una atmósfera dinámica, emprendedora y cosmopolita, de acuerdo con nuestras raíces.

Por una Cataluña próspera, abierta y tolerante

El separatismo, con «rauxa», se ha alimentado de la creación artificial de enemigos, de las homogeneizaciones forzadas, de la restricción de las libertades individuales y del fomento de la intolerancia. Nada de esto se corresponde con nuestra identidad y con el «seny» catalán. Denunciamos, por lo tanto, el adoctrinamiento practicado desde las instituciones autonómicas, especialmente a través de las escuelas y de los medios de comunicación. La imposición de un pensamiento único es un síntoma inequívoco de manipulación política y de corrupción democrática, el preludio del totalitarismo.

Los catalanes que nos sentimos libres de espíritu proclamamos que Cataluña no está oprimida «desde fuera», como algunos pretenden. No existe ningún argumento, político, económico o afectivo que justifique los enormes costes, económicos y humanos, de la deriva secesionista. Peor aún, nos preocupa profundamente la pretensión separadora que traería una artificial imposición identitaria y a la frustración perpetua contra supuestos enemigos interiores y exteriores. Conocedores de la historia, sabemos que el populismo ha escrito las páginas más oscuras de la humanidad. Nada nos alejaría más de nuestra Cataluña «rica y llena».

Es la hora de la sociedad civil catalana

Ante el fracaso de la clase política y gobernante para resolver los asuntos del bien común de Cataluña y del resto de España, la sociedad civil catalana tiene que despertar y tiene que hacerse oir. En una sociedad moderna y civilizada como la nuestra, tenemos que ser capaces de resolver los conflictos mediante el diálogo, sumando en lugar de restar, empleando nuestro talento y nuestro talante. La sociedad civil catalana demostrará al resto de España que somos respetuosos con la ley, dialogantes, solidarios y comprensivos, en correspondencia con la idiosincrasia de los catalanes.

Por eso, es fundamental que la sociedad civil catalana, hasta ahora silenciada, se haga visible y exija a sus gobernantes y a los partidos políticos con representación parlamentaria que cumplan con su obligación de buscar el bien común y de evitar enfrentamientos sociales, así como de rechazar las pretensiones y prácticas excluyentes de los independentistas. ¡Los catalanes no queremos sentirnos extranjeros en nuestra casa!

Una adhesión en la Cataluña de todos

Los abajo firmantes, catalanas y catalanes de orígenes personales y profesionales muy diversos, de variadas ideologías o simplemente apolíticos, con sentimientos identitarios plurales y no excluyentes, nos comprometemos a trabajar por una Cataluña que vuelva a liderar una España moderna y europea, una Cataluña cuidadosa de su historia y de sus tradiciones, de su riqueza cultural y lingüística, modelo de convivencia.

Llamamos a los catalanes de toda condición a sumarse a este proyecto de recuperar la vitalidad de la sociedad civil catalana.

En Barcelona, el 23 de abril del 2014

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